En los terrenos del aeropuerto de
Barcelona–el Prat, muy cerca del cementerio municipal, se encuentra una pequeña
construcción de aire modernista que pasa desapercibida para la mayoría de las
personas que la contemplan. La Central telegráfica sin hilos, conocida
popularmente como la Telegrafía, fue diseñada por Josep Puig i Cadafalch,
construida por Josep Monés i Jané y financiada por la Marconi’s Wireless Telegraph Company Limited; como parte de la red
telegráfica sin hilos de España que debía comunicar la península con Canarias,
América y resto de Europa. Tras años de servicio ininterrumpido, fue abandonada
en la década de los años cincuenta, convirtiéndose en almacén y cuadra de
diseño para el privilegiado ganado pratense; que casi provocó su
desaparición. Restaurada en el año 2004,
es, probablemente, la única central radiotelegráfica construida por Marconi que
se conserva en España.
La Telegrafía del Prat en la actualidad
LA TELEGRAFIA DEL PRAT
Construcción
El 21 de marzo de 1911, el
constructor local, Josep Monés i Jané (1) –autor, entre otros edificios
emblemáticos del Prat, de la granja de la Ricarda- , firmó un contrato con la
promotora Marconi’s Wireless Telegraph
Company Limited, por el que se comprometía a construir, en el plazo de dos
meses, el edificio que albergaría la central telegráfica sin hilos del Prat de
Llobregat; según los planos de Josep Puig i Cadafalch (2), una de las figuras
principales del modernismo catalán. En
agosto del mismo año, el ministerio de la Guerra autorizó la instalación de la
estación radiotelegráfica ubicada en la finca “La Ricarda”, propiedad del
industrial Manuel Bertrand, que en noviembre ya estaba en funcionamiento.
La Telegrafía del Prat es un
edificio austero, de pequeñas dimensiones -11x6 metros, aproximadamente-, con
planta y altillo, y cubierta de teja árabe a dos vertientes. Se encuentra
aislado del suelo mediante una estructura de pilares de hormigón y vueltas de
mahón. La fachada principal es simétrica, con cabecera escalonada de estilo
flamenco y mansardas laterales; en la posterior, más sencilla, sobresalen un
grupo de ventanas de composición vertical. En una de las fachadas testeras, también
simétricas, destacan una escalera exterior de dos tramos hasta la planta
altillo y cabecera maciza con dos chimeneas; mientras que en la opuesta
encontramos dos grandes ventanas cuadradas en planta baja y tres verticales en
planta altillo. La planta baja estaba destinada a albergar la sala de
telegrafía y una zona de atención al público, mientras que la planta altillo
estaba diseñada como vivienda del telegrafista y su familia; aunque según
testimonios orales, fue utilizada como espacio de trabajo administrativo.
El edificio llegó a tener cinco
grandes antenas entrelazadas (1915), la central medía 85 metros y las cuatro
restantes, 60 metros cada una; todas ellas de madera de pino de melis y
forradas de hierro; visibles desde muchos kilómetros.
DESCRIPCIÓN
El diario La Vanguardia, en su edición del día 1-7-1914 (3) narra la visita
de la Sociedad Astronómica de Barcelona a la estación radiotelegráfica del Prat
de Llobregat: “pudieron examinar en primer término el motor de gasolina que
sirve para cargar una batería de acumuladores; la corriente de éstos acciona
una dinamo que tiene acoplado sobre el mismo eje el disco rotativo del excitador
Marconi y el motor un alternador; la corriente de éste pasa á un transformador
para levar el voltaje, estando intercalado en el circuito secundario del mismo
el interruptor, una batería de condensadores, el excitador Marconi antes
mencionado y el inductor del transformador de alta frecuencia, cuya corriente
inducida puede ser ya lanzada á la antena; aunque, según explicó el señor
Crespo (jefe de la estación), ordinariamente aquella estación no funciona de
esta manera, sino que esta última corriente carga otra batería de acumuladores
cuya descarga entre dos semiesferas metálicas produce la descarga oscilante que
acciona sobre la antena.
En otra habitación separada se
hallan el manipulador de la estación transmisora y todos los órganos de
recepción. Recibieron instructivas explicaciones sobre el funcionamiento del
detector magnético de Fleming, etc., y por fin, en la parte exterior del
edificio, las grandes antenas sostenidas por postes metálicos, de las cuales el
del centro tiene 85 metros de elevación”.
DECADENCIA, ABANDONO Y
RESTAURACIÓN
Después de un crecimiento continuo
hasta el año 1927, la red telegráfica sin hilos española entró en un periodo de
estancamiento hasta su práctica desaparición, durante la guerra civil. Tras la
contienda, su uso se restablece, pero con una utilización minoritaria. La
proximidad de la casa de la Telegrafía del Prat al aeropuerto (4), junto a las
pocas perspectivas de futuro, desembocaron en la retirada de las antenas por
parte de la empresa concesionaria de Marconi el año 1949. El año 1952, el
último telegrafista de la estación del Prat, el señor Joan Petrus se jubiló, y
con él, el edificio modernista de Josep Puig i Cadafalch, que fue desmantelado
y cayó presa del olvido. Durante décadas, el edificio y los terrenos adyacentes
fueron utilizados como almacén, cuadra y matadero de ovejas, llegando a un
estado precario de conservación que hizo temer por su conservación.
BCIL (Bien Cultural de Interés
Local)
El 26 de junio de 1996, el Ayuntamiento
del Prat de Llobregat acordó en pleno municipal la declaración de la central
telegráfica sin hilos como BCIL y su inscripción en el Catálogo del patrimonio
cultural catalán, acogiéndose a la Nueva Ley del Patrimonio Cultural Catalán
(ley 9/93, de 30 de septiembre), que permitía a los consistorios tomar parte en
la defensa de su patrimonio, mediante la figura del BCIL, que protegía a los
edificios destacados de la población. Eusebi Casanelles, director del Museo de
la Ciencia y de la Técnica de Catalunya, argumentó: “ La preservación de este
edificio es necesaria por dos motivos. Es uno de los pocos edificios técnicos
que existen en Catalunya y constituye un testimonio excepcional de la
introducción de la radio en Catalunya y por tanto se puede considerar como uno
de los símbolos del inicio de una de las tecnologías más importantes del siglo
XX”.
Probablemente, la Telegrafía del
Prat es el único edificio que se conserva de la red telegráfica sin hilos
creada por Guglielmo Marconi en España. Su importancia radica en que esta
tecnología constituyó un avance crucial en las comunicaciones mundiales y abrió
el paso a otros inventos basados en la aplicación de las ondas
electromagnéticas.
REHABILITACIÓN
El edificio fue restaurado por Aena el año 2004,
siguiendo el proyecto del arquitecto Lluís Domènech Girbau, bisnieto del
modernista Lluís Domènech i Montaner. Actualmente, se encuentra ubicado en los
terrenos del aeropuerto de Barcelona-el Prat, cerca del cementerio municipal. La
rehabilitación ha conservado los elementos característicos de la construcción,
aunque ha desaparecido la escalera exterior de dos tramos a la planta altillo y
la disposición y forma de algunas ventanas. En un primer momento, se barajó la
hipótesis de convertir el edificio en un museo de la radiotelegrafía, recreando
cómo eran estas sedes a principios del siglo XX, aunque, finalmente, no se le
ha dado ningún uso.