La ermita románica de Santa Eulàlia de Provençana forma
parte, junto a la ermita de Nuestra Señora de Bellvitge, del patrimonio
histórico artístico del municipio de Hospitalet de Llobregat.
Estructura
El edificio, de planta rectangular, consta de tres naves,
separadas por dos hileras de arcos de medio punto que descansan sobre gruesos
pilares rectangulares. La nave central está cubierta con bóveda de cañón y las
laterales con bóveda de cuarto de círculo. Las tres fueron reconstruidas
durante las labores de restauración realizadas en 1970. El edificio original
constaba de tres ábsides semicirculares, hoy desaparecidos, tras la
construcción en el siglo XV de un nuevo templo, adosado a la iglesia románica. La
portalada fue construida el año 1201, según consta en una inscripción aún
visible en el tímpano. Presenta tres arcos en gradación y dos arquivoltas
enmarcadas por un guardapolvos con friso esculpido de motivos vegetales y dos
columnas con capitel biselado de aspecto rústico. De las columnas románicas tan
sólo perduran los capiteles, ya que los fustes originales fueron sustituidos
por tubos de uralita, durante la última restauración. Sobre la puerta de acceso
se abre una ventana de medio punto y todo el conjunto está coronado con un
campanar de espadaña.
Cuenta la leyenda
Santa Eulàlia fue la patrona de la ciudad de Barcelona,
hasta el año 1687. Actualmente es patrona de la catedral. Etimológicamente
viene de los vocablos Eu, que significa bien y Lal, que significa hablar, por
lo que su traducción sería: la que habla bien. La historia narra el martirio de
una joven de veinticinco años, descendiente de familia acomodada, que recrimina
al prefecto Daciano, la injusta persecución contra la fe cristiana, proclamada
a partir de los Decretos del emperador Diocleciano. El prefecto intenta
persuadir a la joven de que abnegue de su religión, pero ante su negativa acaba
recurriendo a las amenazas, primero, y a la tortura y muerte, finalmente. La
leyenda cuenta que Santa Eulalia acabó, después de innumerable torturas, dentro
de un tonel lleno de cuchillas que fue rodado por una calle en pendiente. En su
recorrido de mártir, Santa Eulalia santificó barrio por barrio la ciudad de
Barcelona. Una vez muerta, su cuerpo fue expuesto en una cruz extramuros y una
nevada milagrosa ocultó su desnudez. Fue enterrada donde se levanta hoy el Arco
del Triunfo, aunque posteriormente su cuerpo sería trasladado a la cripta de la
catedral.
Hay quien afirma que esta historia no es más que un
desdoblamiento de la Santa Eulalia de Mérida (Badajoz), bien por adoración a la
santa emeritense, bien por el culto a alguna de sus reliquias. No obstante, no
es absurdo pensar que existieran dos mártires y tan sólo un hallazgo
arqueológico podrá dilucidar el enigma.
Un poco de historia
La primera referencia escrita del término Provençana,
corresponde a la venta de una casa de payés y unos terrenos propiedad del
matrimonio Bonemir i Ermessenda a Rafulf, hijo de Guifré el Pilós, y tiene
fecha del 29-08-908. El nombre de Provençana proviene, al parecer, de la época
romana y hace referencia a una villa, cuyo propietario se llamaba Provius o
Proventius. Los restos de la edificación se encuentran bajo la actual iglesia. La
parroquia de Santa Eulàlia de Provençana se encuentra documentada desde el año
1045, pero el edificio que se ha conservado debió ser construido a finales del
siglo XI. Fue consagrada el año 1101 por el obispo de Barcelona Berenguer Folc
y hasta mediados del siglo XV fue la única parroquia del municipio. A partir
del siglo XV entró en decadencia, sobre todo a partir de la construcción de un
nuevo templo, también dedicado a la mártir. A partir de ahí se convirtió en
capilla eremita e incluso llegó a utilizarse de gallinero, hasta su
restauración en el siglo XVIII, que le permitiría recuperar la categoría de parroquia,
ya entrado el siglo XIX.
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