Vista
actual de la Granja de la Ricarda
Ocaso
La Granja
de la Ricarda dejó de ser operativa hacia los años 30, después de más de veinte
años de servicio ininterrumpido. Resulta muy difícil establecer una causa
concreta, ya que como casi siempre ocurre, seguramente sería una concatenación
de varias de ellas. Tal vez fuese provocado por las continuas huelgas en las
que se vio envuelta, o tal vez por problemas de distribución… Fuese cual fuese
la causa, lo cierto es que a partir de los años 30, la Casa de las Vacas
dejó de ser rentable y cerró sus grandes puertas de color verde oscuro.
La vaqueria continuó siendo propiedad de la familia
Bertrand hasta los años ochenta. Durante más de una década, aquellas magníficas
instalaciones, que antes habían sido consideradas como “Granja modelo”, fueron
utilizadas como granero o almacén de útiles y herramientas agrícolas.
En el verano de 1992 fue adquirida por Aena (Aeropuertos
Españoles y Navegación Aérea), con el fin de albergar en ella un futuro Museo
de la Asociación de Amigos de la Aeronáutica, aunque a punto estuvo de
desaparecer, pasto de un extraño incendio, el 30 de junio de 1993.
Durante el período de tiempo que estuvo en
funcionamiento, la Granja de la Ricarda se convirtió en un lugar de interés
social, frecuentado por estudiantes, deportistas, nobles, políticos o
empresarios de maquinaria agrícola, que convirtieron esta finca en un punto de
encuentro social, pedagógico y político.
Una nueva vida, una nueva función
La Casa de las Vacas vió amenazada su supervivencia
al verse afectada por el proyecto de ampliación de la pista principal del
aeropuerto. Y seguramente, su destino hubiese sido cuanto menos
incierto, de no ser por que el Ayuntamiento del Prat de Llobregat, acogiéndose
a la ley de Patrimonio Cultural Català de 1993, declaró el edificio como
“Bien cultural de interés local”. El Ayuntamiento negoció con Aena la conservación de los
elementos arquitectónicos más destacados. El año 2006, Aena encargó al
arquitecto Lluís Domènech, nieto del modernista Domènech i Montaner, el
proyecto de desmontaje, catalogación y almacenamiento, de los elementos más
singulares del edificio, tales como la estructura metálica, la cubierta y los
elementos decorativos de cerámica. El nuevo edificio reconstruido, con una superficie de
unos 4000 m2, tendrá carácter pedagógico y lúdico. Albergará un centro de
divulgación del patrimonio cultural y natural del delta, con exposiciones
itinerantes y permanentes, así como un restaurante y diferentes sedes de
entidades naturalistas. Los visitantes podrán conocer las principales
características del medio natural del delta del Llobregat (río, lagunas,
marismas, pinares y playa), de su rica agricultura y de las obras de ingeniería
hidráulica previstas o llevadas a cabo. Asimismo, el museo acogerá la reconstrucción del antiguo
molino de arroz de Ca l´Arana, que fue desmontado de su ubicación inicial, en
una pequeña isla en la desembocadura del río Llobregat y restaurado en una
operación premiada por la Associació del Museu de la Tècnica de Catalunya.
Pero todo eso, será a partir del año 2013.
(1). “La innovación tecnológica como factor de
reubicación de la producción láctea”. Joan Rafols Casamada.
(2). La
Vanguardia. 26-07-1915. Pág. 3.
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