El Prat de Llobregat fue conocido, durante siglos, como “el pueblo de las fiebres”; nombre genérico que comprendía enfermedades tales como el paludismo, la disentería, el tifus y las hepatitis; provocadas por los mosquitos y el agua no potable. La falta de condiciones higiénicas en el delta del Llobregat, hasta hace muy poco, causó verdaderos estragos a nuestros antepasados, indefensos a merced de un medio hostil e inclemente. Estas son pequeñas historias de aquella gente, marcada por la insalubridad, la pobreza, la incultura, la violencia, el trabajo y el sudor pegado al cuerpo, pero sobre todo, por un amor desmedido hacia esta tierra.

sábado, 16 de febrero de 2013

El crimen del Prat (4/4)


EL INDULTO
Mientras el Prat de Llobregat recobraba la normalidad después de los tristes sucesos acontecidos, el condenado, Juan Rivera Campaña, veía pasar las horas, entre el horror y la esperanza, a la espera de un indulto que nunca llegaba. Preso en la cárcel de Sant Feliu, un edificio medieval donde los reclusos se hacinaban en condiciones inhumanas, su vida se debatía a la espera de una notificación oficial: la de ajusticiamiento por garrote, o la de indulto de la pena capital. Por suerte para él, la opinión pública estaba cada vez más en contra de este tipo de ceremonias “aleccionadoras”.
En enero de 1916, el ministro de Gracia y Justicia, señor Antonio Barroso Castillo, presentó ante el Consejo de Ministros varios expedientes de indulto de la pena de muerte, con motivo de la próxima onomástica del rey, para su aprobación. Entre estos expedientes figuraban los concernientes a los reos: Benjamín Gómez Rodero, de la Audiencia de Orense; Félix López Galiano, Vicente López Narro y Paulino Romero Sanz, de la de Guadalajara; Manuel Martínez García, de la de Almería y Ramón Esteban, Manuel Torrembó y Juan Rivera Campaña, de la de Barcelona.
El domingo 23 de enero de 1916, el rey Alfonso XIII de Borbón, conocido como el Africano, firmó los indultos aprobados en el último Consejo de Ministros, entre los que estaba el de Juan Rivera Campaña. Tras casi dos años de cautiverio, el reo podía por fin respirar tranquilo, sin tener que soportar la tensión que suponía que cualquier mañana podían trasladarlo al patíbulo para estrangularlo hasta morir. ¡Y el pánico a sufrir una muerte dolorosa!
El indulto real suponía la conmutación de la pena de muerte, por la de cadena perpetua. Juan Rivera Campaña, de unos treinta y siete años de edad, volvía a tener toda la vida por delante, toda una vida de desesperanza y arrepentimiento, ¿una vida?..
Jaume Codina i Vilà, el insigne historiador del Bajo Llobregat, escribía: “Esta tierra es la nuestra y aquella gente nuestra gente. Muchas veces he comparado –salvando las debidas proporciones- la penetración y pequeña conquista de nuestra Delta, con la del oeste americano: una tierra prometedora, nueva, llena de peligros, con diversidad de colonizadores, rivalidad de agricultores y ganaderos, un pueblo joven… Y la violencia, fatalmente como consecuencia inexorable. Una violencia a flor de piel, instantánea, brutal” (7).
La violencia se pagaba con violencia, y en esta trágica historia no existe un ganador, sólo perdedores.
NOTAS:
(7). Delta del Llobregat. La gent del fang. El Prat:965-1965. Jaume Codina i Vilà. Editorial Montblanc. Pág. 25.
Referencias:
Mundo Gráfico. 6 de mayo de 1914. Pág. 25.
La Vanguardia. Viernes 1 de mayo de 1914. Págs. 4-5
La Vanguardia. Jueves, 25 de febrero de 1915. Págs. 7-8
La Vanguardia. Viernes, 26 de febrero de 1915. Págs. 6-7
La Vanguardia. Domingo, 23 de enero de 1916. Pág. 11.
La Vanguardia. Lunes, 24 de enero de 1916. P.ag. 6.
ABC. Lunes, 24 de enero de 1916. Edición 1ª. Pág. 12.
La Vanguardia. Jueves, 14 de mayo de 1914. Pág. 5.
Delta del Llobregat. La gent del fang. El Prat: 965-1965. Jaume Codina i Vilà. Editorial Montblanc 1966.

El crimen del Prat (3/4)


EL JUICIO
La causa por el denominado “Crimen del Prat” se celebró los días 24 y 25 de febrero de 1915 en la sección primera de la Audiencia Provincial de Barcelona, sita en el Palacio de Justícia. El interés que despertó era tan grande que la cola de curiosos llegaba hasta la calle, impidiendo que muchos presentes pudiesen asistir al acto. Entre los asistentes, destacaba un numeroso grupo de abogados, vestidos con toga, y algunas mujeres, ubicadas en la tribuna. La vista estaba presidida por el señor Enrique Saavedra, siendo el fiscal y el abogado, los señores Julio Insausti y Valentín González Bárcena, respectivamente; ambos reconocidos oradores. Julio Insausti acusó a Juan Rivera de un delito de homicidio consumado y tres frustrados, con las agravantes de nocturnidad y haberse cometido en el domicilio de las víctimas; con el fin de robar los 500 o 600 duros que la familia Vallhonrat guardaba en su casa, procedentes de la venta de la cosecha. Con el botín, el acusado pretendía comprar un establecimiento que una tía suya, Teresa, poseía en el Prat, y pagar unas deudas contraídas en el negocio de las alubias, al que se dedicaba. El abogado, Valentín González Bárcena, negó la participación de su defendido en los hechos y añadió que, en caso de que el jurado no lo considerara así, el acusado habría actuado a impulso de un acceso de locura transitoria o sonambulismo.
Juan Rivera Campaña declaró durante aproximadamente una hora, negando haber estado en el Prat la noche de autos. Confesó haber mantenido negociaciones por la compra de un establecimiento en el Prat, que habían fracasado y mantener deudas, aún no vencidas, con industriales dedicados al negocio de las alubias. A la pregunta de si reconocía las armas del crimen expuestas sobre la mesa (un martillo, una azada y un hacha), afirmó no haber utilizado jamás dichas herramientas.
El abogado defensor citó a declarar, en primer lugar, a los peritos médicos, doctores Bravo y Tejero, que afirmaron que el procesado no era un loco, pero pudo haber cometido los hechos en un ataque de locura momentánea, o sonambulismo. Diagnosticaron que Juan Rivera es epiléptico larvado (5), su madre es histérico epiléptica y presenta otros antecedentes de locura o enfermedades nerviosas en la familia. Sin embargo, a las preguntas del fiscal, no pudieron precisar si el acusado fue el autor del crimen, o si sufrió un ataque de locura transitoria, que impediría juzgar la responsabilidad de los actos cometidos.
El fiscal llamó a declarar a los testigos: Domingo Vallhonrat Comas, Antonia Vallhonrat, Domingo Vallhonrat Vallhonrat, Carmen Comas Ràfols y Teresa Vallhonrat, que ratificaron los hechos y las acusaciones contra Juan Rivera. El masovero explicó que el acusado también se había presentado en su casa unos días antes de los hechos, preguntando por su madre. La abuela afirmó que había podido ver al procesado mientras encendía cerillas, que éste apagaba; aunque después de un largo incidente, confesó no haberlo visto después de irse a dormir.
Juana Mas, esposa de Juan Rivera, solicitó declarar, explicando que su marido había llegado a casa sobre las siete de la tarde, estuvo arreglando una jaula para cazar gatos, y se fue a dormir entre las ocho y las nueve de la noche. El fiscal le preguntó por qué había visitado al sereno para preguntarle si había visto a su marido la noche de autos, a lo que ella contestó que lo había hecho porque se le imputaba en el “crimen del Prat”.
Finalmente, declaró Manuel Garriga que afirmó haber visto al acusado bajar del tren, en la estación del Prat, a las ocho y media de la noche, aproximadamente.
A las siete de la tarde, se suspendió la vista, para que defensor y fiscal pudieran modificar sus conclusiones provisionales. La reanudación tuvo lugar a las diez de la mañana, en la misma sala y con los mismos problemas de aforo acontecidos el día anterior. El secretario, Enrique Gil, leyó las modificaciones presentadas: el defensor había retirado el supuesto acceso de sonambulismo, niega que su defendido sea el autor del crimen y se reitera en que, si el jurado no lo reconoce así, éste actuó en un ataque de locura momentánea. El fiscal acusa a Juan Rivera Campaña de asesinato consumado y tres asesinatos frustrados, con los agravantes de: abuso de confianza, haberse realizado en la morada de las víctimas, nocturnidad y PREMEDITACIÓN. La alevosía ha convertido el delito de homicidio, en asesinato, con el cambio que ello conlleva en la pena imputada.
Mientras que el fiscal resume los violentos acontecimientos sufridos por la familia Vallhonrat y niega el supuesto estado de “locura transitoria” de Juan Rivera; el defensor se embarca en una ardua tarea, intentando convencer al jurado de que los testigos presentados sufrieron una alucinación, o fenómeno de sugestión, que los relaciona con su defendido; que el detenido no tuvo tiempo de llegar a casa y lavar y secar la ropa antes de acudir al trabajo, o de que, en caso de Juan Rivera fuese el autor de los hechos, éste habría obrado en estado de locura momentánea.
Tras las exposiciones de Julio Insausti y Valentín González Bárcena se produjo un incidente en la sala, cuando el acusado respondió a la pregunta de si tenía algo que añadir: “Sé que se me va a imponer la pena de muerte…” (6). El presidente recriminó al acusado, ateniéndose a los preceptos que impiden hablar de las penas, en presencia de los miembros del jurado, y después, tras un resumen imparcial de los hechos, instó al tribunal a que respondiesen a las preguntas formuladas del veredicto.
- "Con arreglo a vuestra conciencia -solicitó el señor Saavedra- debéis fallar vosotros, sin pasión alguna, inspirados sólo en el deseo de hacer justicia. Si en conciencia creéis que el acusado es culpable, condenadle; si en conciencia creéis que es inocente, absolvedle" (6)
Tras cincuenta minutos de deliberación, el tribunal anunció su total acuerdo con las conclusiones del ministerio fiscal por lo que el señor Insausti solicitó la PENA DE MUERTE para el acusado. Juan Rivera Campaña escuchó la petición impasible, sin mostrar el menor síntoma de emoción. A las siete y veinte minutos, el Tribunal de Derecho se retiró a dictar sentencia, regresando a las nueve y cinco. El señor Saavedra leyó la sentencia que condenaba al acusado a la muerte en garrote, por el asesinato de Pedro Escoda, a tres penas de catorce años, ocho meses y un día, por los delitos de asesinato frustrado; a indemnizar con tres mil pesetas a los herederos del mozo asesinado, con mil a Domingo Vallhonrat, con trescientas a su esposa y con veinticinco al hijo del matrimonio; además de pagar las costas procesales correspondientes. Juan Rivera, que se negó a firmar la sentencia, continuaba sin mostrar el menor signo de emoción.
A las nueve y cuarto se dio por terminada la vista, y posteriormente, cuando ya no quedaban curiosos en los alrededores, se procedió al traslado del condenado a la cárcel, de donde ya nunca saldría.
NOTAS:
(5). Diferentes estudios médicos señalan que existen dos tipos de epilepsia: la real y la larvado. En la real, el sujeto sufre ataques convulsivos, expulsa espuma por la boca y puede llegar a morderse la lengua. En la epilepsia larvada no se producen ataques, pero sí otros síntomas como agresividad, falta de conciencia o amnesia.
(6). La Vanguardia, viernes 26 de febrero de 1915. Pág. 7

El crimen del Prat (2/4)


LA DETENCIÓN
El encargado de los Mozos de Escuadra, señor Iglesias, se personó la mañana del miércoles en el domicilio del acusado, en Barcelona, siendo recibido por la esposa de Juan Rivera. Juana Mas aseguró a las fuerzas de orden público que su marido había pasado la noche en casa y que había marchado al trabajo a la hora de costumbre. Los Mozos de Escuadra detuvieron al sospechoso en la fábrica de maderas que el señor José Tayá poseía en Hostafrancs (Barcelona), ante la incredulidad de sus compañeros, que aseguraban que había llegado a las seis de la mañana, y no había mostrado ningún síntoma de anormalidad.
Juan Rivera, a pesar de sus negativas, fue trasladado al Prat de Llobregat, donde tras ser reconocido por las víctimas, tuvo que ser protegido por las fuerzas de seguridad de un intento de linchamiento por parte de los vecinos. Desde allí, fue custodiado hasta el juzgado de instrucción de Sant Feliu de Llobregat, donde prestó declaración, y posteriormente ingresó en la prisión del municipio.


Fotografia publicada en la revista "Mundo Gráfico", de fecha 6-5-1914, en la que aparece el juez tomando declaración a los testigos. Probablemente, las personas sentadas en el bando sean: Carmen Comas Ràfols, Teresa Vallhonrat Vallhonrat y Consuelo Vallhonrat

LOS HERIDOS
Como consecuencia de la agresión, Domingo Vallhonrat Comas tuvo que ser atendido por el doctor Barraquer que le practicó la extracción del ojo izquierdo; su esposa, Antonia Vallhonrat, sufrió numerosas contusiones en la cabeza y fractura de los dos brazos, y su hijo, Domingo, diversas heridas en rostro y cráneo. Mientras tanto, Pedro Escoda y Sabaté, natural de Pratdip, en Tarragona, fue ingresado en el Hospital Clínico de Barcelona en estado crítico. El día 7 de mayo, ocho días después de que se produjeran los hechos, falleció como consecuencia de las terribles heridas sufridas.
Todos los establecimientos y casas del Prat de Llobregat cerraron ese día en expresión de duelo. El alcalde, el juez y el rector, acompañados de los vecinos e instituciones del municipio, emprendieron una concurrida procesión hasta el hospital para honrar y reclamar el cuerpo de la víctima. Le dedicaron un solemne oficio y responso en la capilla del señor Mas, en la iglesia parroquial, seguido por un público numerosísimo, y posteriormente fue trasladado al cementerio de la población, donde se le dio sepultura, entre muestras de dolor e indignación.

El crimen del Prat (1/4)


LOS HECHOS
El martes, 28 de abril de 1914, Juan Rivera Campaña (1), de unos treinta y cinco años de edad, llegó a la estación del Prat de Llobregat, procedente de Sants, con destino a una masía cercana. Entre sus útiles, llevaba consigo una linterna sorda (2) y un martillo. La noche era lluviosa y oscura, sin luna. Saltó del tren antes de que este se detuviera, atravesó por entre los topes de un mercancías detenido, y se dirigió a la puerta de salida, donde entregó su billete al portero. Anduvo por caminos de tierra, saltando charcos y resbalando a cada paso, hasta llegar a la masía de can Farrés, donde su madre había servido unos años, cuando él era aún un niño.
Domingo Vallronrat Comas, masovero de la masía, se sorprendió cuando vio llegar a Juan Rivera; eran las nueve de la noche. Pero conocía a aquel hombre desde que era un muchacho y le ofreció su hospitalidad.
- Buenas noches, señor Vallhonrat – saludó el visitante -. Perdone que le moleste, pero estoy buscando a mi madre y me preguntaba si por casualidad no habría estado aquí. Ya sabe usted que con su enfermedad nos preocupa que esté sola.
- No, hijo mío. Lo siento – contestó Domingo-. Hace tiempo que no vemos a tu madre; pero, no te preocupes, seguramente estará bien. Si lo deseas, puedes pasar aquí la noche y mañana continúas la búsqueda.
- Gracias, señor Vallhonrat – respondió Rivera -. Supongo que estará en Sant Climent, en casa de su hermana, pero no estaré tranquilo hasta que la encuentre. Le agradezco su ofrecimiento.
- No hay nada que agradecer, Juan. ¿ Has cenado ? Nosotros ya hemos terminado, pero podemos ofrecerte un plato.
- ¡Muchas gracias, señor Vallhonrat! , pero no tengo apetito.
- Pues te traeré un vaso de leche. No es bueno acostarse con el estómago vacío –ofreció Domingo-.


Masía de can Farrés
La masía de can Farrés está situada en la zona de la Ribera, la más alejada del mar, al oeste de la estación de ferrocarril. Está formada por dos viviendas anexas, con planta baja y piso, en una de cuyas galerías destacan ocho arcos de herradura. En ella vivían el señor Domingo, su esposa, Antonia Vallhonrat; su madre, Carmen Comas Ràfols, y los tres hijos del matrimonio: Teresa, Consuelo y el joven Domingo, de trece años de edad. En la cuadra, dormía el mozo Pedro Escoda y Sabaté.
El matrimonio Vallhonrat ofreció al invitado la cama de Domingo, acomodando a su hijo entre ellos. Las labores del campo y del hogar eran duras y había que madrugar para llevarlas a cabo. La salida y la puesta del sol regían sus vidas.
Entre la una y media y las dos de la madrugada, mientras todos dormían confiados, Juan Rivera, a quien todos conocían como el gandumbas (3), se levantó, encendió la linterna que llevaba, cogió el martillo, y se encaminó al dormitorio del matrimonio. Era un hombre casado, de mediana estatura, con un fino bigote en su rostro, y una lesión en uno de sus brazos que le provocaba una importante incapacidad. La pérdida de su padre, junto a la enfermedad mental de su madre, habían marcado, desde joven, su carácter. Ahora, los problemas económicos, marcarían su destino.
Guiado por la luz que proyectaba la linterna, comenzó a descargar tremendos golpes de martillo sobre el matrimonio y su hijo que, horrorizados, aullaban de dolor. El griterío y los lamentos despertaron a la abuela, a las dos hijas, y al mozo Pedro Escoda que, asustado, encendió una luz en la cuadra, para averiguar qué estaba pasando. Juan Rivera, al verse descubierto, dejó el martillo sobre la cama, abandonó la habitación, cogió una azada del portal, salió a la calle y se dirigió a la cuadra; golpeando repetidas veces al mozo, hasta que la herramienta se rompió, quedando clavada en su cabeza.
Mientras tanto, Antonia Vallhonrat, herida de gravedad, había salido a la era y gritaba pidiendo auxilio. Rivera la persiguió, golpeándola con el mango de la azada hasta que la mujer consiguió entrar de nuevo en la casa, cerrando la puerta tras de sí.


Vista de la cuadra donde dormía el mozo Pedro Escoda y Sabaté. Fotografía publicada en la revista "Mundo Gráfico", de fecha 6-5-1914. Pág. 25
El asesino, en un último intento de controlar la situación y llevar a cabo su cometido, cogió un hacha de la cuadra, se acercó a la puerta, y fingió la voz, haciéndose pasar por un mozo de una masía cercana que venía en su auxilio. Pero el engaño no surtió efecto y la familia Vallhonrat mantuvo la puerta cerrada, a resguardo del criminal. Mientras tanto, los gritos de socorro habían despertado a los vecinos Juan Portillo y José Noguera que acudían en su ayuda, efectuando disparos de aviso. El agresor, al verse acorralado, huyó campo a través, aprovechando la oscuridad de la noche y desapareció sin dejar rastro. Minutos después, llegaron el cabo de somatenes (4), señor Codina, acompañado de un vigilante; los mozos de escuadra, el médico de la población y el juez municipal, atendiendo a los heridos e incoando las primeras diligencias.
Domingo Vallhonrat es trasladado al hospital. Fotografía publicada en la revista "Mundo Gráfico", de fecha 6-5-1914. Pág. 25





NOTAS:
(1). En los medios de comunicación no existe unanimidad acerca del nombre de este personaje. En algunas publicaciones aparece como Juan Rivera Campaña, Juan Rivera Campania, o Juan Rivera Camami. Incluso el primer apellido aparece escrito, indiscriminadamente con “b” o con “v”. Yo he utilizado el que se aportó a partir del juicio, ya que las primeras noticias del suceso eran muy confusas.
(2). Se conocía como linterna sorda a un tipo de farol portátil, provisto de asa y una sola cara de vidrio, que permitía a la persona que lo sujetaba poder ver, sin ser visto.
(3). Se conoce por “gandumbas” a una persona vaga o haragán.
(4). El somatén es una institución catalana de autoprotección, de carácter civil y, por lo tanto, no vinculada con el ejército.

viernes, 15 de febrero de 2013

El Canal de la Derecha



El Canal de la Derecha, junto al descubrimiento de las aguas artesianas y las leyes desamortizadoras impulsadas por Juan Álvarez Méndez (Mendizábal) y Pasqual Madoz, han sido los elementos que más influencia han tenido en la transformación económica, social y física del delta del Llobregat. Hasta finales del siglo XIX, en el delta se practicaba una agricultura de secano, extensiva y con pocos excedentes, donde destacaban los cereales, algunas legumbres y frutales, y la vid. El cambio de propiedad de las tierras y el acceso al agua de riego acabaron con el sistema tradicional de subsistencia y dieron paso a una agricultura intensiva de regadío, basada principalmente en productos de la huerta, frutales y, ocasionalmente, arroz. El delta del Llobregat se convirtió en el principal abastecedor de verduras y hortalizas de la ciudad de Barcelona y a partir de 1919 su producción llegó a los mercados europeos.
EL CANAL DE LA DERECHA DEL RÍO LLOBREGAT
El Canal de la Derecha del Río Llobregat nace en Sant Vicenç dels Horts, entre la riera de Torrellas y el torrente de Roure, y transcurre, paralelo al río, durante cerca de 16 kilómetros, atravesando las poblaciones de Santa Coloma de Cervelló, Sant Boi y el Prat de Llobregat; donde desemboca cerca de la laguna de la Ricarda. Aprovecha el agua sobrante del canal de la Infanta, situado aguas arriba, y transporta un caudal aproximado de unos 1.300 litros por segundo. Fue inaugurado en 1859 y su construcción conllevó la puesta en marcha de una extensa infraestructura de acequias menores de regadío y desguace, que se reparte por gran parte del delta.
ETAPA INICIAL (1819-1855)
El diario de Barcelona, en su edición del día 3 de mayo de 1817 informó de una convocatoria de reunión con el objeto de recuperar un antiguo proyecto de canalización que pretendía llevar agua del río a las poblaciones del delta del Llobregat y a la misma capital. Tras diversas reuniones y constantes desavenencias entre propietarios y colonos, se iniciaron las obras de construcción del Canal de la Infanta (1817-1820), que regaría las tierras situadas en el margen izquierdo del río. Los trabajos de construcción del Canal de la Derecha del Río Llobregat, mucho más tardíos, se iniciaron en 1819 y debían abarcar hasta el municipio de Castelldefels, pero el proyecto no prosperó debido a los elevados costes de construcción y a las inundaciones acontecidas en 1820, que destruyeron parte de los trabajos realizados y atrasaron, cincuenta años, la definitiva puesta en marcha del proyecto.
PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
PUESTA EN MARCHA (1855-1866)
El 6 de diciembre de 1855, S.M. la reina doña Isabel II otorgó a Eusebio Soler la concesión de “construir el Canal de Riego de la Derecha del Llobregat, declarándolo obra de utilidad pública” (1). Los trabajos se reiniciaron en 1856, pero se vieron ralentizados por el elevado coste económico y por la reducción del caudal otorgado, que pasó a ser de 1500 litros/segundo frente a la concesión Real de 3500 litros/segundo; este hecho imposibilitaría la extensión del riego a los municipios de Gavá, Viladecans y Castelldefels. El año 1859 tuvo lugar la inauguración de la obra y el riego de las primeras hectáreas, pero su finalización no se produciría hasta 1866. El 28 de febrero de 1863 se aprobó el primer Reglamento de uso, que decretaba el establecimiento de un Sindicato de Riego para salvaguardar sus bases. Entre sus artículos referidos a sanidad, que ahora nos parecen disparatados, podemos leer:
“Art.34. Prohibiciones generales. Nadie podrá echar en el canal o acequias, basuras, escombros, animales muertos, desperdicios ni otros objetos, sean de la clase que fueren (…)”
“Art.35. Nadie podrá bañarse, tampoco las caballerías, ni especie alguna de ganado; lavar ropas ni otros objetos en el canal o acequias; teñir ni ensuciar el agua de los mismos y sus divisiones bajo pretexto alguno (…)”
PRIMERAS DIFICULTADES Y DECLIVE (1866-1874)
Durante los primeros años de funcionamiento, el canal de la Derecha del Llobregat fue un foco permanente de insalubridad debido a los deficientes acabados de los ramales y a la falta de mantenimiento. La carencia de colectores de desguace incidió en la aparición de zonas de estancamiento de aguas, provocando la proliferación de enfermedades y el consiguiente malestar entre la población. Por otro lado, la falta de rentabilidad del proyecto, que había visto reducido su caudal inicial, llevó a los herederos de Eusebio Soler a solicitar la estatalización del canal.
ESTATALIZACIÓN Y MODERNIDAD (1874 en adelante)
El año 1874, el Canal de la Derecha pasó a ser propiedad del Estado que traspasó su explotación a la Jefatura de Obras Públicas de Barcelona. Se llevaron a cabo canales subsidiarios, que duplicaron el número de hectáreas, pero la falta de inversión hizo que perduraran los problemas anteriores. Una nota, publicada el año 1894 en el diario La Vanguardia (2), denunciaba: “El término municipal de la vecina villa del Prat del Llobregat, que desde la instalación del Canal de la Derecha viene padeciendo de un modo cada vez más alarmante de fiebres intermitentes, á causa de no haber tenido en cuenta en su construcción en dotar al país de los correspondientes desagües, necesarios á causa de las consiguientes filtraciones del Canal y de las hijuelas de riego, como también el agua sobrante del mismo, está amenazado, una vez más, de ver aumentada la semi-inundación de sus terrenos. (…) Hasta ahora no sabemos que (la) autoridad haya tomado providencia alguna, llamamos su atención sobre este particular á fin de evitar nuevas calamidades al país.”
El descontento de los usuarios y de la población, unido a la falta de interés emprendedor de la Jefatura de Obras Públicas de Barcelona, hizo que, el año 1896, la concesión del canal pasara a ser ejercida por el Sindicato de Regantes del Canal de la Dreta y posteriormente (1989-1990) por la Comunidad de Regantes del Canal de la Dreta del Llobregat, que ostenta su explotación en la actualidad. Los planes de presente y futuro preveen que su caudal sea, progresivamente, aportado a partir de las aguas regeneradas por las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Sant Feliu y Prat de Llobregat.

El Canal de la Derecha del Río Llobregat sigue alimentando, desde hace más de 150 años, parte de la excelente huerta del Baix Llobregat, aunque la superficie de terreno dedicada a la agricultura ha disminuido de forma alarmante. A día de hoy, aún podemos pasear por sus orillas y disfrutar de la contemplación de esta arteria vital; pero hemos de permanecer siempre alerta, porque el fantasma de la especulación constructora siempre volará sobre este remanso de historia. Muchos tramos han sido ya engullidos por la creciente demanda de espacio urbano y otros muchos peligran, bajo el peso de futuros proyectos urbanísticos.
Nuestro deber es conservar esta parte de nuestro patrimonio para las generaciones futuras y, por qué no, adecuarlo para el uso y disfrute presente.




Notas:
(1). Prat de Llobregat. (Ensayo histórico). Edició facsímil. Pare Andreu de Palma. (Págs. 317-319).
(2). Diario La Vanguardia. Martes, 18 de septiembre de 1894. Pág. 3



Referencias:
- El Canal de la Dreta del Llobregat, paisaje y biodiversidad en el espacio metropolitano de Barcelona (España). Atelier. Nº 3. Jaume Sans, Josep Mª Panareda.
- La formació d´una ciutat. El Prat de Llobregat. Marga Gómez Inglada. Arxiu Municipal del Prat de Llobregat.
- Prat de Llobregat (Ensayo histórico). Edició Facsímil. Pare Andreu de Palma.
- L´agricultura, agent de transformació del delta del Llobregat. Irma Fabró. 30 de maig de 1997.
- Revista de Obras Públicas Fundada y sostenida por el Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Breves consideraciones sobre pantanos y canales de riego en la provincia de Barcelona. Madrid, 10 de agosto de 1899.
- Una visión histórica de las principales sequías registradas en el Bajo Llobregat (1812-1950). Josep Ferret i Pujol. Comunitat Usuaris Aigües Delta Llobregat.
- www.3cat24.cat. 23-08-2005. Prohibeixen a pagesos del canal dret del Llobregat regar amb aigua del riu arran de la sequera.
- www.enciclopedia.cat. Canal de la dreta del Llobregat.
- Breves apuntes para la topografía médica del Prat de Llobregat. Segimon Salgot Balcells. El Prat de Llobregat de fa un segle segons una topografía médica. 1904. Víctor Marí Balcells- Pere Vallribera i Puig.
- Una visión histórica de las principales sequías registradas en el Bajo Llobregat (1812-1950). Josep Ferret i Pujol. Comunitat Usuaris Aigües Delta Llobregat.
- www.bestiolesdemarinablogspot.com. El Canal de la Dreta del Llobregat. Jaume Sans Margenet.
- La Vanguardia. 17 de junio de 1893. Página 1.
- La Vanguardia. Martes 18 de septiembre de 1894. Pág. 3.

domingo, 10 de febrero de 2013

La raza Catalana del Prat. (3/3)

LA FIRA AVÍCOLA DEL PRAT
El día 27 de septiembre de 1941, coincidiendo con la Fiesta Mayor, tuvo lugar la “Primera Exposición de Raza Prat”, con el fin de dar a conocer las cualidades de este excelente producto. El diario La Vanguardia (5), en su edición del día 28, narraba: “Ayer tarde el gobernador civil, señor Correa Veglison, acompañado de don Luís Piñana, subdelegado de Abastos, visitó la Exposición Avícola organizada por el Ayuntamiento del Prat y la C.N.S. donde admiró notables ejemplares gallináceos de la tan famosa raza del Prat.” Sin embargo, no sería hasta 34 años después, en diciembre de 1975, cuando tendría lugar el “Segundo Concurso-Exposición Avícola Raza Prat”, que obtendría un gran éxito de público, permitiendo su celebración, con carácter anual y de forma ininterrumpida, hasta nuestros días. A partir de la tercera edición, pasó a llamarse “Feria Avícola de la Raza Prat”, con la excepción de los años 1978 y 1988, en que se denominó “Feria Avícola de la Raza Catalana del Prat”. Desde su nacimiento, la feria ha sido ubicada en diferentes localizaciones, como la Torre Balcells, Avenida Virgen de Montserrat, Artesano o Polideportivo Estruch, hasta su ubicación actual en el aparcamiento provisional de Cal Gana, donde este año, 2011, se celebrará la 38 edición.
La Feria Avícola tiene lugar, cada año, durante el segundo fin de semana de diciembre, cercanas ya las fiestas navideñas, -que constituyen un porcentaje muy elevado de las ventas totales de pollos y capones- ; y se ha convertido, desde sus inicios, en un punto de encuentro entre los payeses del Bajo Llobregat y la sociedad civil, industrializada. Es un gran acontecimiento para la ciudad del Prat y un escaparate perfecto para mostrar al público asistente, no sólo la gran calidad de los productos agrícolas y ganaderos de nuestra comarca, si no también, una forma de vida rural, casi desaparecida en la actualidad, basada en la agricultura y la ganadería. Con el tiempo, se han ido añadiendo a esta muestra nuevos productos o servicios, que han culminado en la instalación de diferentes pabellones temáticos:
Pabellón avícola, agrícola y ganadero. Se exponen aves de raza Prat y otros animales domésticos vinculados a la vida en la masía; productos agrícolas y útiles de trabajo o recreo.
Muestra comercial. Desde 1988, se dan cita en este pabellón, las asociaciones de comercio local y empresas que ofrecen sus productos o servicios.
Muestra entidades del Prat de Llobregat. Permite a las entidades locales poder a conocer sus proyectos, de una forma directa, cercana al público.
Feria Mercado Artesanía. Situada al aire libre, aglutina diferentes stands con productos artesanos nacionales.
Espacio gastronómico. Permite la degustación de productos de la gastronomía local: pollo y capón raza Prat, alcachofas, etc.
Sala de actos. Permite la organización de actos de diversa índole, durante la celebración de la Feria.


NOTAS:
(1). El concurso anual de razas de gallinas catalanes del Prat en Barcelona en el Instituto Agrícola de San Isidro. Mundo Avícola. Año XV, nº 169. Enero 1936. Pág. 19.
(2). La Vanguardia. 5 de noviembre de 1961. Don José Colominas Vergés. Pág. 32.
(3). La Vanguardia. 23 de agosto de 1968.
(4). La Vanguardia. 2 de noviembre de 1971.
(5). La Vanguardia. 28 de septiembre de 1944. Pág. 6


REFERENCIAS:

  •  Apuntes históricos sobre la raza catalana del Prat I y II. Fernando Orozco. Selecciones Avícolas. Vol. 27, nº 7. Julio 1985. Real Escuela de Avicultura. Selecciones Avícolas.
  • Raça Prat. Origens i evolució. Jordi Torrent i Vicenç Tirado. 22 de maig de 1998. III Curs d´Història del Prat. Amics del Prat 1998.
  •  Funcionamiento de la conservación de razas de gallinas autóctonas en Cataluña. Francesch A. Archivos de zootecnia. Vol. 47, nº 178-179. Pág. 147. IRTA. Centre de Mas Bové. Unitat de Genètica Avícola.
  •  Comportamiento del desarrollo de gallos capones de las razas Catalana del Prat Leonada y New Hampshire. Informe preliminar. J.R. Villa, M.L García e I. Sevilla. Departamento de Genética. Instituto de Investigaciones Avícolas. Gaveta postal, 1. CP 17200, Santiago de las Vegas. Ciudad de la Habana. Cuba. Rev. Cubana de Ciencia Avícola, 2001, 25. Pág. 151-155.
  • Races autòctones avícoles. Enric Corominas i Cortés.
  •  Razas de gallinas catalanas. La conservación de un patrimonio genético… y la producción del pollo campero. Amadeu Francesch Vidal.
  •  www.granjatorres.es.
  •  La Vanguardia. 28 de septiembre de 1944. Pág. 6.
  •  La Vanguardia. Domingo, 5 de noviembre de 1961.
  •  La Vanguardia. 23 de agosto de 1968.
  •  La Vanguardia. Martes, 2 de noviembre de 1971. El Prat: La desaparición de una famosa granja avícola. En su emplazamiento se construyen bloques de viviendas. Pág. 33.
  •  www.wikiprat.cat. Raza Catalana Prat.
  •  El pollo del Prat, conocido como “potablava”, es una raza que ha evolucionado de forma rústica muy adaptada a las condiciones del delta del Llobregat”. Entrevista con Manuel Torres, presidente del Consell Regulador de Pollastre i Capó del Prat.
  •  www.pollastredelprat.com. Potablava.
  •  www.mundoavicola.com. Catalana del Prat.
  •  El concurso anual de razas de gallinas catalanes del Prat en Barcelona en el Instituto Agrícola de San Isidro. Mundo Avícola. Año XV, nº 169. Enero 1936. Pág. 19.
  •  Fira Avícola Raça Prat y Expratfil-80.
  •  Todo aquel que prueba estos pollos. Revista El Prat. Fira 2003.
  •  www.xtec.cat. Fira Avícola de la Raça Prat.
  •  Races autòctones (II). Dossier Tècnic. Formació i Assessorament al sector agroalimentari. Generalitat de Catalunya. Departament Agricultura, Alimentació i Acció Rural.
  •  www.elprat.cat. Características del pollo de la raza Prat.
  •  www.elpais.com. Pollo y capón del Prat. Isabel Olesti. 22-08-2005.
  •  Grupo de Facebook: “Postales y Fotos Antiguas del Prat de Llobregat”, dirigido por Pedro García Vela.
  •  Tots els colors del Prat. Editado por el Ayuntamiento del Prat de Llobregat.

La raza Catalana del Prat. (2/3)


HISTORIA DE LA RAZA CATALANA DEL PRAT
1. ORÍGENES
A pesar de que la Catalana Prat es la segunda raza de gallinas ponedoras más antigua de España, tras la Negra Castellana; estamos hablando de una casta de creación reciente, que se remonta a finales del siglo XIX, a partir de los trabajos de selección llevados a cabo por los avicultores Salvador Castelló y Francisco Darder, fundamentalmente. Su origen son las gallinas nativas del delta del Llobregat, que ya contaban con reconocida fama desde la Edad Media. Desde su creación, coexisten dos teorías diferentes, que aún hoy no han sido confirmadas o descartadas:
1.- El profesor Salvador Castelló afirma que la raza Prat proviene del cruce de las gallinas autóctonas con la raza asiática “Conchinchina” (gallina de Shangai), introducida en Europa entre 1850 y 1880; de mayor tamaño que las mediterráneas, plumaje leonado y color intermedio del huevo; aunque también presenta caracteres diferentes como: presencia de plumas en las patas amarillas, cresta pequeña, o tendencia a orejillas rojas; que podrían haber sido eliminados por selección.
2.- Varios especialistas, entre ellos Alberto Brillat, opinan que el mayor tamaño puede estar relacionado con su procedencia, a nivel del mar, y que dicha raza se remonta a siglos anteriores a la llegada de las nuevas especies. Además, hace hincapié en que en caso de existir cruce genético con otras razas, no tiene porque ser con la gallina de Shangai.
Estudios recientes, han detectado la presencia del gen “Co” –columbia o colombino- en la raza Prat, que no se encuentra nunca en las razas mediterráneas y sí en muchas asiáticas o atlánticas, por lo que se deduce que las gallinas mediterráneas debieron cruzarse, en algún momento, con gallinas camperas, rústicas o autóctonas, como ellas, pero de la zona atlántica, o bien, con alguna raza extranjera como la Conchinchina, que ya había sido introducida en Cataluña.
Granja Colominas. Fotografía extraída del grupo de facebook: "Postales y Fotos Antiguas de Gente del Prat de Llobregat", dirigido por Pedro García Vela

3. RESURGIMIENTO Y AUGE
Entre finales de la década de los años veinte y principios de los treinta, la raza Catalana del Prat parece resurgir de sus cenizas -como ave fénix-, de la mano de Salvador Castelló y otros entusiastas avicultores, que llevan a cabo la labor de nueva selección y mejora, estableciendo las características definitivas que después le darán tanta fama como productora. En 1924 se produce la presentación “oficial” de la raza Prat en el II Congreso Mundial de Avicultura, celebrado en Barcelona y un año más tarde, el matrimonio formado por José Colominas Vergés y Rosa Álvarez abren las puertas de la primera Granja Avícola Prat, con sede en la actual calle Centre. Cinco años más tarde, en 1930, el matrimonio inaugurará un nuevo concepto de granja avícola, aún ejemplar en el momento de su desaparición (1971), que mejora y exporta a nivel internacional el nuevo patrón de raza aprobado en 1.930.
La Granja Avícola Colominas
El nuevo concepto de granja-jardín inaugurado por José Colominas y Rosa Álvarez incluía un lago artificial, grandes espacios para los animales, plátanos, sauces, naranjos, rosales y otras plantas aromáticas, caminos de tierra, pérgolas y miradores; todo ello, diseñado tanto para el bienestar de los cuidadores, como de los animales –fundamentalmente patos, gansos y gallinas raza Prat-, por los que tanto amor profesaban.
4. DECLIVE DE LA RAZA CATALANA DEL PRAT
A partir de la década de los años treinta, y sobre todo entre los años sesenta y setenta, la raza Prat entra de nuevo en declive, como consecuencia de la entrada a nuestro país de nuevas razas americanas, mejoradas genéticamente, que permiten su comercialización extensiva en grandes naves, rebajando el precio y, sobre todo, la calidad.
En un concurso anual de razas de gallinas catalanas del Prat, celebrado el año 1935 en el Instituto Agrícola de San Isidro (Barcelona), los jueces se quejan de la poca calidad de los ejemplares presentados durante éste y los anteriores certámenes, llegando a dejar desiertos los primeros premios correspondientes a la leonada antigua (con apéndice y clavel), en las categorías de gallos, gallinas y tríos; y de la leonada moderna (sin apéndices ni clavel), en las categorías de gallos y tríos (1).
Sin embargo, entre 1940 y 1961, avicultores especializados, como José Colominas, Emilio Trinxet o Ramón Gené; explotarán de forma satisfactoria huevos, pollos y capones –incluidos en los menús de los restaurantes más refinados-, y continuarán con los trabajos de mejora de la raza. El 4 de noviembre de 1961 se producía un triste suceso: “víctima de rápida enfermedad, ha fallecido cristianamente en Prat de Llobregat don José Colominas Vergés, jefe de la Unión Catalana de Avicultores y Cunicultores (…) uno de los pioneros de la avicultura española y uno de los creadores de la pujanza actual de esta importante rama de nuestra ganadería. En su primera juventud, colaboró con su padre y con el inolvidable profesor don Santiago Castelló en la fijación de las características raciales de la gallina catalana del Prat, habiendo dedicado toda su vida a la selección y mejora de dicha raza”, publicaba el diario la Vanguardia (2). Este acontecimiento pareció constituir el preludio de una serie de desdichas que desembocaron en el declive de la raza y en la desaparición de la Granja Avícola Colominas, anunciada en 1968 (3), y narrada en 1971, por el mismo diario (4): “La famosa Granja Avícola Prat, orgullo local hasta el extremo de que se denomina “pota blava” a dicha raza aviar, es ahora un montón de cobertizos que van desapareciendo con la construcción de viviendas. Hay quien dice que con ello se le ha dado una estocada de muerte al mantenimiento de esta raza aviar, con tanto ahínco seleccionada por don José Colominas Vergés”
La señora Rosa Álvarez, esposa de José Colominas Vergés. Fotografía extraída del libro "Tots els colors del Prat"

5. RENACIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN
En 1974, la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura) recomendó la preservación de los recursos genéticos autóctonos, desde las perspectivas científica, cultural, económica y productiva. Un año más tarde, el Ayuntamiento del Prat de Llobregat solicitó la recuperación de la raza de gallina Catalana del Prat. Con la colaboración del profesor Corominas y números avicultores de la zona, se procedió a seleccionar y recoger ejemplares que conservaran los caracteres distintivos, para iniciar su reproducción intensiva. La señora Rosa Álvarez envío un lote de 500-600 pollos a los Servicios Técnicos de Agricultura y Ganadería de la Diputación de Barcelona, con el fin de que iniciaran su cría, conservación y reproducción. Otro lote fue enviado, por el doctor Fernando Orozco, al Instituto de Investigaciones Agronómicas de Alcalá de Henares, que él mismo dirigía. Se ponía así en marcha el proceso de recuperación y conservación, definitivos, de la raza autóctona. Las personas interesadas podían adquirir huevos de “pota blava” para criarlos en sus granjas o masías.
En 1984 se incorporó un lote de 200 gallos y gallinas Prat leonada a la Unidad de Genética Avícola del IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries), para iniciar un programa de conservación, definición, caracterización y mejora genética de la raza. Un año más tarde, en 1985, se crea la Asociación de Criadores de Raza Prat, con el objetivo de conservar y divulgar las cualidades de estas gallinas y promover la Feria Avícola, que se celebra ininterrumpidamente desde 1975. A partir de 1986 se llevan a cabo los trabajos de mejora genética de la clase Prat leonada, atendiendo a dos líneas de actuación:
1) Aumentar el tamaño y la producción de huevos y reducir la edad de puesta de las gallinas.
2) Avanzar el crecimiento y aumentar el peso de los gallos.
Una vez conseguidos estos objetivos, se procedió al cruce de los especímenes modificados, dando lugar a una estirpe de gallos y gallinas mejorados genéticamente, para aumentar la productividad y, por tanto, la rentabilidad del avicultor.
En 1987, la Asociación de Criadores de Raza Prat consiguió de la Generalitat de Catalunya la Denominación de Calidad de sus pollos y capones y, tiempo después, la Indicación Geográfica Protegida (IGP), otorgada por la Comunidad Europea.
Actualmente, la raza Prat -en sus dos variedades: leonada y blanca-, está reconocida a nivel internacional por la excelente calidad de sus huevos, pollos y capones; su supervivencia está asegurada por el importante material genético existente y sus ventas ascienden, de forma generalizada, año tras año. Continúa siendo un producto minoritario, porque su cría es prácticamente “artesanal”, pero las perspectivas de futuro, a pesar de la crisis, son favorables. El reto actual consiste en distribuir su consumo a lo largo del año, ya que las ventas se centran, mayoritariamente, en el período navideño.

La raza Catalana del Prat. (1/3)


Entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, un grupo de entusiastas avicultores recorrieron, una y otra vez, a bordo de una tartana, los tortuosos caminos de tierra del delta del Llobregat; en busca de una nueva raza de gallinas, diferentes a las que se podían encontrar en otros medios rurales. Entre ellos estaban: Salvador Castelló y Carreras, creador de la Escuela de Avicultura de Arenys de Mar; Francisco Darder, director del Parque Zoológico de Barcelona, el marqués de Monistrol y de Aguilar, entonces, Director General de Agricultura; Luís Martí Codolar, Pedro Claparols y el joven pratense José Colominas Vergés, que años más tarde daría a conocer la “raza Catalana Prat” a nivel internacional.
Las pollos y capones del Prat que, desde siglos atrás, eran conocidos por su excelente valor gastronómico, habían sido objeto de una selección intuitiva por parte de los payeses, para atender a las preferencias de sus principales consumidores: “los señores de Barcelona”; favoreciendo el aumento de tamaño, la coloración leonada, o la ausencia de plumas en las patas.
En su búsqueda, de masía en masía, los avicultores adquirieron numerosos ejemplares de esta valiosa ave que fueron distribuidos entre granjas especializadas y organismos oficiales, como la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, en la Moncloa. Ellos fueron, en definitiva, los que llevaron a cabo, tras arduos esfuerzos, la primera selección y fijación de los caracteres de esta prestigiosa raza, la única en España que ostenta la Indicación Geográfica Protegida (IGP), otorgada por la Comunidad Europea.
LA RAZA CATALANA DEL PRAT
Los gallos y gallinas de la raza Catalana Prat deben presentar una serie de características comunes, de acuerdo con un patrón establecido, que incluye aspectos físicos y morfológicos en sus dos variedades existentes: leonada y blanca.
El gallo de la variedad leonada presenta un plumaje aperdizado, de color rubio oscuro, sin llegar al rojizo, con un tono más subido que la gallina, especialmente en el cuello y dorso, que son brillantes. Las plumas caudales son de color verde con reflejos metálicos. La gallina presenta una coloración rubia oscura, uniforme, con las plumas caudales negras.
Aspectos morfológicos del gallo de las variedades blanca o leonada: Cabeza grande, amplia y alargada, cresta de color rojo vivo, bien arqueada, de cinco o seis puntas; pico oscuro largo y muy curvado, ojos de color avellana, barbas grandes y orejillas de color blanco. El cuello es robusto y bien arqueado, las alas grandes, el pecho amplio y profundo y la cola larga, en forma de hoz, formando un ángulo de 40º-45º con el dorso, también inclinado. Los muslos son largos y carnosos, con rodillas bien separadas y los tarsos, de igual longitud, sin plumas, de un color característico apizarrado, que le ha dado el apodo con el que se le conoce popularmente: “pota blava” (pata azul). Los dedos, también de color pizarra, son fuertes, rectos y bien separados.
Aspectos morfológicos de la gallina de las variedades blanca o leonada: Salvando las diferencias debidas al género, ambos sexos son muy parecidos, salvo en pequeños aspectos destacables como: el pico es más corto y menos arqueado, las barbas redondeadas y la cresta caída hacia un lado, sin llegar a tapar el ojo.
POLLO Y CAPÓN DE RAZA PRAT
La Generalitat de Catalunya otorgó, en el año 1987, la Denominación de Calidad a los pollos y capones de raza Prat que cumpliesen los siguientes requisitos: los animales han de ser criados al aire libre, en tierra, en gallineros que no superen los 8 animales por metro cuadrado; la alimentación debe incluir, al menos, un 70% de cereales naturales; con una crianza mínima de 90 días los pollos y 182 los capones, y unos procesos de sacrificio y envasado controlados minuciosamente. El ámbito geográfico de producción abarca los municipios de: el Prat de Llobregat, Castelldefels, Cornellá de Llobregat, Gavá, Sant Boi de Llobregat, Sant Climent de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Viladecans y Santa Coloma de Cervelló.
Además de esta distinción, los pollos y capones del Prat, se han convertido en la única carne aviar de España que ha sido galardonada con la etiqueta de Indicación Geográfica Protegida (IGP), otorgada por la Comunidad Europea, que verifica que dichos productos reúnen unas características de origen, cualidad y calidad certificadas, protegidas por las normas de la Unión Europea. Cada unidad de capón o pollo raza Prat destinada al consumo debe llevar una etiqueta numerada y el sello IGP de garantía de calidad del producto.

Cal Monjo


La masía de Cal Monjo, también conocida como Torre de la Estacada o Font Romeu, está situada en el distrito de la Ribera del Prat de Llobregat, en el límite con el término municipal de Sant Boi; cerca del río, que pasaba a escasos metros de la edificación. Fuentes orales datan su construcción a finales del siglo XV, paralela al descubrimiento de América, lo que la convierte en la masía, aún en pie, más antigua del delta del Llobregat. Su estado actual, no obstante, no invita al optimismo: a pesar de estar catalogada como elemento arquitectónico protegido por el Ayuntamiento del Prat de Llobregat, la masía se encuentra deshabitada y en estado de ruina. Su futuro, si alguien no lo remedia, no parece ser otro que el de desaparecer.


Estado actual de la masia de cal Monjo

LA MASÍA
La masía de Cal Monjo pertenece al grupo de las denominadas masías basilicales, que se caracterizan por estar compuestas por tres cuerpos: dos laterales y uno central, más ancho y elevado; con una superfície total, aproximada, de unos 600 M2. La cubierta, a dos vertientes, desagüa hacia un canalón situado en las fachadas laterales que recoge y almacena el agua en una cisterna. La organización interna es típica de este tipo de edificaciones: planta rectangular, orientada a mediodía – fachada mirando al mar-, con planta, piso y golfas. La planta baja estaba destinada a las dependencias más comunes: cocina, comedor, bodega y establo; la primera planta estaba destinada a dormitorios, y la buhardilla a almacenar el grano y algunos útiles y aperos. El material de construcción empleado es la piedra de Montjuic, aunque también podemos encontrar baldosas y ladrillos de barro cocido. El elemento más característico de esta vivienda es su fachada, decorada a mediados del siglo XX con esgrafiados, reloj de sol y plafón cerámico que representa a San Antonio. Sobre el balcón izquierdo se puede leer la inscripción: “LA TORRE CAN FON RUMEU”. El acceso principal es un arco de medio punto de piedra arenosa rojiza que se encuentra enterrado un metro sobre el nivel actual de la calle, como consecuencia de la acumulación de sedimentos provocada por las numerosas riadas acontencidas; sobre la clave de la puerta se encuentra la siguiente inscripción: “IVSEPHVS RUMEUS. ME FECIT. 1670”, lo que da testimonio de la antigüedad de esta construcción. A la izquierda de la casa aún se conservan los restos de la primitiva vivienda pairal. El patio, orientado hacia el sur, alberga arbolado diverso, donde destaca una enorme palmera, y pozo de aguas freáticas. Una valla perimetral de piedra protegía todo el conjunto contra el siempre presente riesgo de inundaciones.

Detalle de la puerta de arco de medio punto y el balcón

Inscripción en el balcón de cal Monjo: LA TORRA DAN FON ROMEU

LAS ESTACADAS
Hasta hace unas décadas, el río Llobregat formaba dos meandros a la entrada del delta, como consecuencia de la disminución de la pendiente: uno estaba situado en Sant Boi y el otro, llamado la Marrada, transcurría entre el Prat y Cornellá, pasando por detrás de la masía de Cal Monjo. Por estos puntos era donde, normalmente, se desbordaba el río. A partir de 1606 se construyeron márgenes de defensa de tierra que, a lo largo de unos 7 kilómetros, transcurrían paralelos al río desde la demarcación de la Ribera hasta el Estruch; pero estos márgenes, a menudo, eran insuficientes cuando el río se desbordaba, provocando grandes pérdidas, tanto materiales, como humanas. Para reforzar dichos diques, comenzaron a clavarse grandes estacas de madera, de unos 3 0 4 metros de longitud, que pretendían reforzar el terreno, en un intento desesperado de canalizar el río hasta la desembocadura, impidiendo las denominadas “salidas de madre”. La masía de cal Monjo estaba situada en una zona de “estacada”, por lo que también era conocida como torre de la Estacada.

Fachada de cal Monjo, con restos del antiguo esgrafiado

PROPIETARIOS
Nada sabemos de los primeros habitantes de la primitiva masía de cal Monjo. El promotor de la masía actual, construída en el año 1670, se llamaba Josep Romeu por lo que era conocida en Sant Boi como “Font Romeu”. Anterior a esta denominación era la de Torre de la Estacada. El año 1872 el propietario de Cal Monjo era Joan Ignasi Sostre. Después fue cambiando tanto de propietarios como de masuveros: Francesc Pareres, Josep Parellada y finalmente Josep Portillo i Julià y su esposa Antonia Puig Ginabreda, últimos habitantes de la masía. El nombre de Cal Monjo parece provenir de una antepasada de la familia Portillo que poseía una formación intelectual superior a la habitual en la zona, por lo que era conocida como la monja y, en consecuencia, su marido fue llamado el Monje (Monjo).
El actual propietario es Joan Marín i Giralt que utiliza las instalaciones para guardar un rebaño de ovejas.

PROTECCIÓN
La masía de Cal Monjo se encuentra en la actualidad deshabitada y en estado de ruina. A pesar de que se encuentra catalogada por el Ayuntamiento del Prat de Llobregat como elemento protegido de “Arquitectura Residencial Rural”, pendiente de un “estudio detallado sobre el estado de solidez de las partes a proteger”, que nunca llega; lo cierto es que, mientras tanto, su futuro no parece ser otro que el de desaparecer. Cal Monjo forma parte del patrimonio histórico, paisajístico y arquitectónico del delta del Llobregat; de 500 años de lucha de valientes hombres y mujeres contra un medio inhóspito, desagradecido, cruel y, a la vez, bello y seductor. El gran historiador Jaume Codina (1) escribía “Nosotros somos los herederos de aquella masa que desfiló por nuestro aire y nuestra tierra durante siglos y siglos. Aquí vivieron, amaron y odiaron. Aquí continúan, aunque no los veamos: somos nosotros mismos, materialmente. (…) No habría sido posible nuestra modesta, minúscula ascensión, sin ellos. Sin el polvo y su sudor, su amor y su odio” (2). Cal Monjo no sólo debería estar protegida, debería estar restaurada y formar parte de nuestro paisaje agrario durante, al menos, otros quinientos años más. Creo que es una vergüenza y un menosprecio a nuestros antepasados dejar que esta histórica masía se desmorone en silencio, pero, al parecer, nadie hará nada por evitarlo. ¿Cuántas masías quedarán en pie en el delta del Llobregat dentro de 50 años? Y si nos remontamos 100 años, ¿quedará alguna? La masía catalana forma parte del patrimonio arquitectónico e histórico de Catalunya, pero las autoridades parecen haberse olvidado de ellas; peor aún, si por casualidad se acuerdan, es para expropiarlas con el fin de poder llevar a cabo sus extravagantes planes urbanísticos o inmobiliarios. ¿Nadie hará nada por evitarlo?



NOTAS:
(1). Para más información podéis consultar la entrada “Jaume Codina i Vilà” de este mismo blog.
(2). La gent del fang. Jaume Codina i Vilà. Página 28.



Referencias:
www.ca.wikipedia.org. Cal Monjo.
- Inventari d´edificació tradicional. Cal Monjo / Torre de l´Estacada.
www.lannarie.blogspot.com. Cal Monjo o Torre de l´Estacada (La Ribera)
www.bestiolesdemarina.blogspot.com. Cal Monjo:500 anys d´història del delta s´ensorren.
www.fundaciosigea.org. La vida als masos del delta.
- L´agricultura al delta del Llobregat. Parca Agrari del Baix Llobregat. Diputació de Barcelona.
- Ateneu Familiar de Sant Boi de Llobregat (Febrer 1885-1969).
- Un flaix a la ciutat del Prat. Visita per a Mestres i professorat. 9 de setembre de 2008. El Prat de Llobregat.
- La gent del fang. Jaume Codina i Vilà.
- Infraestructures Pratenques. 965-1950. Joan Lluís Ferret i Pujol. 

La ruta del canal de la Derecha. (3/3)


EL TRAMO FINAL
Sin duda, este tramo de unos tres kilómetros de longitud, que parte de los jardines de Mon Racó y finaliza en la playa del Prat, es el más apropiado para el disfrute y la contemplación. Aunque el caudal del canal ha descendido hasta convertirse en la denominada “acequia del Prat”, el curso que sigue, transcurre, en su totalidad, por una zona habilitada para el paseo a pie o en bicicleta. Durante el trayecto, muy transitado por los vecinos de la población, podremos contemplar elementos paisajísticos y arquitectónicos de gran interés, como la granja modernista de la Ricarda (2), el edificio de la Telegrafía –de Josep Puig i Cadafalch- y los restos del cuartel de los Carabinieros y del Semáforo, junto a la desembocadura. Y si aún os quedan fuerzas, podéis retomar los pasos hasta el mirador de aviones y continuar el paseo hasta la playa del Prat que este año, además, puede presumir de ostentar la esperada “Bandera azul”. Espero que lo disfrutéis, como yo lo he hecho.


Un saludo.



Acequia del Prat

Desembocadura, en el mar, del canal de la Derecha


NOTAS:
(1). Para más información sobre el Canal de la Derecha, podéis consultar la entrada “El Canal de la Derecha”, de este blog.
(2). Para más información sobre la granja de la Ricarda, podéis consultar la entrada “La Granja de la Ricarda”, de este blog.