El Prat de Llobregat fue conocido, durante siglos, como “el pueblo de las fiebres”; nombre genérico que comprendía enfermedades tales como el paludismo, la disentería, el tifus y las hepatitis; provocadas por los mosquitos y el agua no potable. La falta de condiciones higiénicas en el delta del Llobregat, hasta hace muy poco, causó verdaderos estragos a nuestros antepasados, indefensos a merced de un medio hostil e inclemente. Estas son pequeñas historias de aquella gente, marcada por la insalubridad, la pobreza, la incultura, la violencia, el trabajo y el sudor pegado al cuerpo, pero sobre todo, por un amor desmedido hacia esta tierra.

domingo, 10 de febrero de 2013

El puente de las Bóvedas


Niños pescando en el rio Llobregat, frente al puente de las Bóvedas, junto al fotógrafo alemán Frederic Herp. Fotografía cedida por Pedro García Vela

El puente de las Bóvedas o pont de les Voltes, que unía el municipio del Prat de Llobregat con Barcelona y Hospitalet, siempre estuvo envuelto en la polémica. El reducido ancho de su calzada provocó el rechazo y confrontación de los ayuntamientos y entidades que participaron en su construcción, retrasando las obras hasta que su finalización se hizo tan apremiante como insuficiente. Lo que nació como un “camino vecinal” se convirtió, tras años de lento trabajo, en una necesidad mayor: la de comunicar la ciudad de Barcelona con los aeródromos situados en el Prat de Llobregat. La calzada, una vez levantados los arcos y voladizos, era de cuatro metros, lo que impedía el paso simultáneo de dos vehículos; la Diputación de Barcelona exigía ampliar el proyecto para adecuarlo al ancho de la Gran Vía de les Corts Catalanes, unos 16 metros, mientras que los ayuntamientos reivindicaban que se respetasen los siete metros que figuraban en el proyecto inicial. Al final, la falta de entendimiento y financiación y, sobre todo, la urgencia de la situación hicieron que el proyecto se terminara de manera que no satisfizo a ninguna de las partes. Después de once años de trabajo, el puente se abrió al tránsito en julio de 1930. Su bella estampa pronto se convirtió en parte importante del paisaje del Bajo Llobregat y en lugar de recreo para aquellos que decidían ir a pescar, a bañarse, a navegar o a pasear por las orillas del, entonces, bellísimo río Llobregat. Pero su dicha fue corta, porque una fría noche de enero del año 1939 fue volado por las tropas republicanas en retirada. Hoy, 24 de enero de 2011, hace exactamente 72 años de aquel triste suceso.

Puente de las Bóvedas, en primer término y puente de Ferran Puig, a continuacion. Fotografia cedida por Álex Domínguez Monés, perteneciente al fondo Josep Monés i Amat


UN INICIO DESOLADOR
Durante décadas, los puentes de Ferran Puig (1873) y del ferrocarril (1881) fueron la única vía de comunicación con la ciudad de Barcelona. Pero a principios de siglo, se hizo evidente la necesidad de construir un nuevo puente que facilitara el acceso desde la ciudad Condal a los aeródromos del Prat de Llobregat.
En diciembre de 1910 se acordó por parte de la Diputación de Barcelona la construcción del nuevo puente sobre el río Llobregat, “con destino al camino vecinal de Barcelona al Prat” (1). La Dirección de Obras Públicas provinciales redactó el correspondiente proyecto durante el año siguiente, que fue aprobado por el Estado en 1916 y poco tiempo después se procedió a la subasta de las obras, que no se iniciaron hasta 1919 y se desarrollaron con extrema lentitud. Un año después, las autoridades locales denuncian que la anchura del nuevo puente es inferior a la asignada en el proyecto, de unos siete metros, y que impide el paso simultáneo de dos carruajes. En 1922 se aprueba un presupuesto extraordinario para su financiación, pero lejos de solucionarse, los problemas se acentúan, porque la Diputación de Barcelona considera que el nuevo puente ha de ser una continuación de la Gran Vía y por lo tanto su anchura no ha de ser inferior a los 16 metros. El aumento de presupuesto supone un gasto de unas 900.000 pesetas que los ayuntamientos implicados: Prat de Llobregat, Hospitalet de Llobregat y Barcelona, no están dispuestos a asumir. Finálmente, la Diputación levanta la orden de suspensión de los trabajos dictada y los trabajos continúan, a pesar de que ya no satisfacen a ninguna de las partes. Entre tanto, en febrero de 1925, el ingeniero Pere Vallcorba denuncia en un pleno municipal el estado obsoleto en que se encuentra el puente de Ferran Puig, que constituye un peligro para las personas y carros que lo atraviesan. El 17 de marzo de 1927 el pleno municipal decide la suspensión de las obras hasta que no se solucione el problema de la anchura, pero la urgencia de la situación obliga a la reanudación de los trabajos y el puente es inaugurado, finalmente, en julio de 1930; 11 años después de iniciarse los trabajos y con un ancho de vía claramente insuficiente.

Trabajando en la orilla del río. Fotografía cedida por Álex Domínguez Monés, perteneciente al fondo Josep Monés i Amat


EL PUENTE
Debido a la escasa consistencia del terreno, a la poca altura del puente sobre el lecho del río –unos 9 metros- y al riesgo siempre presente de las riadas, el ingeniero Federico Turell, optó por un proyecto basado en arcos superiores sin empuje, atirantados sobre un tablero de hormigón armado que sostenía un firme de macadam asfáltico (2). El puente de las Bóvedas era un bonito viaducto de hormigón armado, levantado sobre el río Llobregat, a unos cien metros del puente de Ferran Puig. Constaba de cinco tramos de 34,5 metros de luz (3), lo que le proporcionaba una longitud total de más de 172 metros, y presentaba andenes exteriores en voladizo. La anchura del firme, que tantos problemas provocó, era de unos cuatro metros, lo que impedía el paso simultáneo de dos vehículos. Los arcos, con una altura máxima de unos 6,5 metros, se calcularon como vigas Vierendeel (4) y se apoyaban en rodillos de acero sobre los pilares. Las pruebas previstas de peso, que tenían que efectuarse con carros de seis toneladas, se hicieron con apisonadoras de 20 toneladas y grandes camiones, obteniendo un excelente resultado. Cuando el puente de las Vueltas entró por fín en funcionamiento en el año 1930, se produjo la rescisión del contrato de arrendamiento del viejo puente de Ferran Puig, que se encontraba en un estado de conservación lamentable, 57 años después de haber sido inaugurado.
No obstante, la vida de este singular puente fue tan corta como peculiar fue su final. Ocho años y medio después de su inauguración yacía destruido sobre el río Llobregat. Había necesitado 20 años de proyectos y discusiones y 11 años de obras para su puesta en marcha, y en apenas unos minutos quedó reducido a escombros.

Estado en que quedó el puente de las Bóvedas, tras su voladura por las tropas republicanas

EL FINAL
La noche del 24 al 25 de enero de 1939, las tropas republicanas procedieron a la voladura del puente de las Bóvedas y el del ferrocarril, en un intento de retrasar la entrada de las tropas franquistas y proteger la evacuación de la ciudad de Barcelona. “Aguas abajo del Llobregat, cerca de las diez de la noche, el alcalde del Prat [ Joan Bruxola ] y sus cuatro acompañantes cruzaron el puente [ de las Bóvedas ]. Los que lo habían de volar esperaban. Y según Joan Bruxola, ellos fueron “…los últimos, ninguno más, cuando nosotros pasamos lo volamos…” . El coche conducido por un coronel del campo de aviación enfiló la carretera de Barcelona. (…) El puente llamado de las Bóvedas (…) quedó completamente inutilizado.” (5). Sesenta y seis años después de la inauguración del puente de los carros, el municipio del Prat de Llobregat volvía a quedar incomunicado, y las nuevas autoridades locales decidieron priorizar la compra del obsoleto puente de Ferran Puig y adecuarlo nuevamente al paso de vehículos hasta el año 1950, en que se inauguró el puente de la autovía de Castelldefels.
Sin duda, una de las imágenes más célebres del puente de las Bóvedas es aquella en la que aparece después de su voladura. Sin embargo, este hermoso viaducto nos dejó numerosas instantáneas donde queda patente su singular belleza, y además cabe destacar su protagonismo especial en la película Memmortigo –que sifnifica “suicidio” en esperanto- (1934), del cineasta catalán Delmir Caralt i Puig. Una obra maestra del cine amateur catalán, de 9 minutos de duración, que refleja dos maneras diferentes de enfrentarse a la vida: la positiva, encarnada por una mujer alegre; y la negativa, retratada en un hombre que trata de suicidarse sin éxito.

El puente de las Bóvedas nació, se desarrolló y sucumbió, en una época de cambios constantes. Nunca pudo competir con el ritmo vertiginoso del progreso y eso hizo que su moderno diseño nunca estuviese a la altura de lo que se esperaba de él. A pesar de ello, durante el tiempo en que estuvo en funcionamiento, atrajo la mirada de vecinos y viajantes que lo adoptaron con cariño. Su bella estampa sobre el río Llobregat era lugar de encuentro y ocio, donde nuestros antepasados jugaban, paseaban, pescaban, se bañaban o navegaban, en las limpias aguas del río. Sólo la locura de la guerra civil pudo privarnos de su presencia.



NOTAS:
(1). El puente sobre el río Llobregat. La Vanguardia, viernes 25-07-1930. Pág. 6.
(2). Macadam. Capa de rodadura formada por una sucesión de capas de mezcla asfáltica con áridos de diferentes tamaños, colocados de mayor a menor tamaño.
(3). Distancia entre los dos puntos de apoyo.
(4). Las vigas Vierendeel deben su nombre al ingeniero belga que las desarrolló y patentó: Jules Arthur Vierendeel. Es una estructura de entramado en el que el cordón superior y el inferior están unidos mediante elementos perpendiculares separados a la misma distancia. Este tipo de unión confiere al conjunto una gran resistencia y poco peso.
(5). El franquisme al Baix Llobregat. Publicaciones de l´Abadia de Montserrat. Jordi Amigó y Barbeta y Carles Santacana. Capítol: Nit del 24 al 25. Darrera nit republicana a la comarca. Gener de 1939. Retirada i ocupació versus Huida y Liberación… Centre d´Estudis del Baix Llobregat. 125.





REFERENCIAS:
www.adm.cat/Josep%20Mones%20i%20Jane/josep_mones_i_Jane.htm. Páginaweb d´Alex Domínguez Monés.
- Pedro García Vela. Facebook: Postales y Fotos Antiguas de Gente del Prat de Llobregat.
- Història de l´aviació catalana. Josep Canudas. Editorial Magrana.
- 50 anys d´imatges del Prat de Llobregat 1900-1950. Ajuntament del Prat.
- Els ponts del Llobregat entre el Prat i Hospitalet/Barcelona. www.avbellvitge.wordpress.com
- (1). El puente sobre el río Llobregat. La Vanguardia, viernes 25-07-1930. Pág. 6.
www.wikipedia.org. Macadam asfáltico.
- Jacobo, Guillermo José. Jules Arthur Vierendeel: pionero del diseño estructural. Univerdidad Nacional del Nordeste. Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2004.
- La Vanguardia, jueves 13 de julio de 1929. Pág. 8.
- La Vanguardia, sábado 1 de febrero de 1930. Pág. 2.
- Arcos sin empuje. Capítulo VI. Págs. 186-190. 
www.opandalucia.es.
- El puente sobre el río Llobregat. La Vanguardia, viernes 25 de julio de 1930.
- El franquisme al Baix Llobregat. Publicaciones de l´Abadia de Montserrat. Jordi Amigó y Barbeta y Carles Santacana. Capítol: Nit del 24 al 25. Darrera nit republicana a la comarca. Gener de 1939. Retirada i ocupació versus Huida y Liberación… Centre d´Estudis del Baix Llobregat. 125. Un flaix a la ciutat del Prat. Visita per a Mestres i professorat. Generalitat de Catalunya. Departament d´Educació. Pág. 20.
- La formació d´una ciutat. El Prat de Llobregat. Margarida Gómez Inglada. Ajuntament del Prat de Llobregat. Plaça de la Vila 1. El Prat de Llobregat.
- Delmiro de Caralt. Cinema amateur. 
www.federaciocatalanacineclubo.cat.

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